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Mantener la Unidad de la Iglesia no es lo mismo que aceptar ciegamente la autoridad de un jerarca hereje, así sea el Papa:

"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5, 29)

Por ejemplo, un católico auténtico no puede obedecer a "Fiducia Supplicans" dado su espíritu contrario a la sana doctrina. Por eso decía San Roberto Belarmino que "quien no resista al error manifiesto cuando puede y debe, se le considera como si lo aprobare" (De Concilis et Ecclesia L. 1, c. 14)

Pero hay que cuidarse de posiciones extremas que atenten contra la Unidad de la Iglesia y el Primado de Pedro como nos enseña la Tradición.
Se presentan aquí dos posturas extremas: La del Modernismo que plantea una Iglesia "Igualitaria con autoridad múltiple" y la del sedevacantismo que sustenta que no hay Papa desde 1.958. Ambas posturas son equivocadas.

Ya en los tiempos apostólicos había habido hombres perversos que, por interés y ambición, turbaban y corrompían en el pueblo la pureza de la fe con abominables errores. Opusiéronse a ellos los Apóstoles con la predicación, con los escritos y con las infalibles sentencias del primer Concilio que celebraron en Jerusalén. 

Desde entonces acá, no ha cesado el espíritu de las tinieblas en sus ponzoñosos ataques contra la Iglesia y las divinas verdades de que es depositaria indefectible; y suscitando constantemente nuevas herejías, ha ido atentando uno tras otro contra todos los dogmas de la cristiana religión.

(Catecismo Mayor de San Pío X, n. 3126-3127)

En el bautismo, [Cristo] no hizo sino prefigurar a su Cuerpo Místico, es decir, a la Iglesia en la cual los bautizados reciben de modo peculiar el Espíritu Santo (San Agustín, De Trin. 15,26). (León XIII. Encíclica Divinum illud munus, n. 6, 9 de mayo de 1897)

Hay una pregunta que debemos hacernos: ¿La impostura o las actuaciones herejes de un Papa, anulan simultáneamente la Iglesia, su continuidad, su jerarquía y sus fieles, convirtiéndoles en una secta contraria a Dios?

La cuestión tiene su razón de ser, precisamente, en el calificativo de "secta del Vaticano" o de "falsa Iglesia del Vaticano II", nombres que descalifican toda la institución, incluidos sus miembros.

¿Cómo podría invalidarse, no digamos a 1.100 millones de católicos de nombre, sino a millones de católicos que viven y luchan en todo el mundo, conforme a la ley de Dios, y que por diversas razones no rechazan públicamente al Papa Francisco, y por tanto no se retiran de la unidad con la sede Romana?

Aunque las profecías han señalado, desde la biblia hasta los santos, la grave situación que viviría la Iglesia y que llegaría hasta su cabeza, en ellas no se plantea que debamos salir de ella sino mantenernos fieles a Dios y a su Institución. También, hay innumerables alusiones al sacerdocio y el respeto que este ministerio merece. Es un hecho que son los prelados quienes en alta proporción permanecen callados respecto de lo que sucede con la Iglesia; pero de otro lado, en todos los rincones del mundo hay buenos clérigos y obispos, que mantienen en su mirada el amor por Cristo y el cumplimiento de su deber y no se retiran porque consideran que no se debe dejar la barca de Pedro así haga aguas en ella. Tienen razones teológicas para actuar así:

Respecto de los sacerdotes, Santa Catalina de Siena narra lo que el Señor le dijo:  "Te he contado, Hija muy querida, algunas cosas sobre la reverencia que se debe tener a mis ungidos, no obstante sus defectos; porque la reverencia que se les hace no es a ellos por ser ellos, sino por la autoridad que yo les he dado; y por cuanto sus defectos no pueden disminuir el misterio del sacramento, no debe disminuirse la reverencia para con ellos, no por ellos, sino por el tesoro de la Sangre." (Santa Catalina de Siena. Diálogo, resp. 3, cap. IX)

Documentos del Magisterio eclesial abundan para sustentar la exigencia de unidad y de mantenernos firmes en la fe. Así, el Papa Bonifacio VIII dijo: 

"Por apremio de la fe, estamos obligados a creer y mantener que hay una sola y santa Iglesia Católica y la misma Apostólica, y nosotros firmemente la creemos y simplemente la confesamos, y fuera de ella no hay salvación ni perdón de los pecados. Ella representa un solo Cuerpo Místico, cuya cabeza es Cristo, y la cabeza de Cristo, Dios. En ella hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo (Ef 4, 5). Una sola, en efecto, fue el arca de Noé en tiempo del diluvio, la cual prefiguraba a la única Iglesia, y, con el techo en pendiente de un codo de altura, llevaba un solo rector y gobernador, Noé, y fuera de ella leemos haber sido borrado cuanto existía sobre la tierra."

El sabernos como parte integrante del CUERPO MÍSTICO DE CRISTO significa entonces el cumplimiento de unas condiciones muy definidas. En primer lugar la consideración de que Cristo es la cabeza y Él con Pedro están unidos.

 

Qué sucede en el caso de que un Papa caiga en herejía?

Que el mismo se ha autoexcluido de la Iglesia, pero si no ha sido juzgado por la Iglesia así, entonces el sigue siendo administrador y los fieles continúan siendo parte del cuerpo Místico pero su obediencia se dirige a Dios, al Magisterio y por tanto al Papado como institución infalible. Recordamos tal seguridad existente históricamente sobre este hecho, que el mismo MIO CID tiene la frase: "Nunca hubo un rey traidor ni un papa excomulgado"

Juzgar a un Papa hoy para quitarle su corona es prácticamente imposible. Según el Derecho Canónico, nadie puede juzgar al Papa. El canon 1404 del Código de Derecho Canónico establece que "La Primera Sede por nadie puede ser juzgada". El canon 631 establece que cuando el Derecho Canónico habla de la "Primera Sede" se refiere al Romano Pontífice.

¿Por qué ninguno de los santos que anunciaron la grave crisis llamó a abandonar la Iglesia bajo el argumento de hacerla aparte?

Porque el riesgo de caer en CISMA es sumamente elevado. De ahí que un sacerdote u obispo que llame a desconocer la Iglesia de Roma, puede estar en una postura cismática, que no se justifica nunca. Pues San Pablo dice: “Todos los miembros del cuerpo, aunque numerosos, no son sino un solo cuerpo: así es Cristo” (1 Cor 12, 12). En este orden de ideas, ¿Quién tendrá autoridad superior para decir en la Iglesia este Papa no lo es? No correrá el riesgo de cercenar y por tanto romper la unidad en un sector equivocado? ¿Quién, también, le daría autoridad para decir que la Iglesia milenaria ya no lo es y en cambio un grupo que conforme sí lo es?

 

No se trata de dejar que la Santa Iglesia sea ofendida por herejes, pero la permanencia en ella de fieles valientes y sobre todo de jerarcas valientes es mas útil que mil discursos por fuer de ella.

Dice Gregorio XVI: “Si alguno está unido con la Cátedra de Pedro, yo estoy con él” (Ep. 58). No se hagan ilusiones porque están bautizados; a esto les responde San Agustín que no pierde su forma el sarmiento cuando está separado de la vid; pero, ¿de qué le sirve tal forma, si ya no vive de la raíz? (Gregorio XVI. Encíclica Mirari vos, n. 9, 15 de agosto de 1832

La destructiva propuesta del Modernismo

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Próximamente en DenzingerTraditio.org.....

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